Como la luna, condenada a amar al sol a distancia [i]


Sólo la luna nos pudo observar. Mis memorias son imprecisas. Por un momento, me enredaste en un pensar, el cual coreaba que realmente me pertenecías tanto como mis pensamientos te envolvían solo a ti. Tus ojos no inspiraban dudas.

Lograste que mi imaginación flotara por dentro y por fuera de mí, por dentro y por fuera de ti. Ya no consigo controlarla, se volvió extranjera en su propio país. Pensarte me es nocivo, soñarte me es maléfico, pero ella, sencillamente, no cede a mis súplicas. Supongo que en el fondo me llenas, que muy en el fondo me gusta, que desmesuradamente, dentro de mí, me haces sentir conforme. Es una pesadumbre desgastadora, amarga, adictiva.

Me gustaría que te recuestes, hoy, conmigo, mientras edito estas líneas, sin embargo, jamás las conocerás, son mías. Me encantaría que nunca hayas partido, que nunca me hayas abandonado. Sería extraordinario que no me hubieses dejado así, aquí, sentada.

Te pienso y comienza a molestarme, te sueño y me siento idiota. Tal vez me perdí en el sendero, así no solía ser yo; tal vez perdí la lucidez y te incrimino por ello. Me entregué sin espada ni escudo, quizá fue mucho, quizá demasiado rápido. Supe que sería diferente, y lo fue, pero aquello no estuvo calculado en mi manual, ni en el tuyo. Ahora, que pasó el tiempo, está apuntado con tinta roja.

Espero sin respuestas. Espero sin esperanzas. Espero aunque no lo pediste. Espero sin querer esperar, cuando no debo esperar. Inconcientemente, te espero.

2 comentarios:

  1. Holas,
    Sabes... se me viene a la cabeza el siguiente poema de Benedetti: http://www.poemas-del-alma.com/viceversa.htm
    Saludos!!!

    ResponderEliminar
  2. qué pajaa.. alucina que es algo así, o sea tienen la misma intención. saludos para ti también .)

    ResponderEliminar

libertad de expresión